Punto de Partida





             Una imagen y 1000 palabras para la reflexión

Mi punto de partida


Una lengua es un sistema de comunicación tanto oral como escrito y enseñar  una lengua es un proceso complejo que implica conseguir una estrategia didáctica y una aplicación de la misma, para lograr que los estudiantes adquieran una competencia comunicativa.
Elegí esta fotografía porque resalta algunos de los aspectos que más me   motivan en el aprendizaje y la enseñanza de una lengua, el enfoque comunicativo. Es  importante crear situaciones reales de comunicación y participación en un buen ambiente de clase en el que se favorezca   perder el miedo a hacer el ridículo y se adquiera un buen grado de autoestima, tanto niños como adultos aprenden con menos dificultad y más rápidamente.
Por ello es necesario facilitar los  instrumentos para que nuestros alumnos aprendan, y ayudar en la organización y el aprendizaje. En mi experiencia como profesora he comprobado que yo aporto a mis estudiantes mi cultura, pero ellos me enriquecen con la suya. Al final podemos crear  en clase un ambiente de pluralismo cultural, en el que aparecen nuevos valores, desconocidos tanto para mí como para mis estudiantes.

El enfoque de enseñanza comunicativa de la lengua es para mí el aspecto más importante a tener en cuenta. Tal vez porque yo tuve que aprender lenguas con el viejo sistema, en el que las lenguas se enseñaban como el latín y el griego. Conocíamos la gramática y todas sus reglas, tal vez mejor que los que las  hablaron  en su momento , pero no tuvimos que enfrentarnos al reto de comunicarnos con ellas.

Cuando estudié mi carrera de Filología tuve el privilegio de ser alumna de los grandes arabistas de la época, de lo cual me siento muy orgullosa. Sin embargo, el sistema de enseñanza se reducía a  aprender gramática y a traducir textos con un diccionario. Pasé horas y horas de mi vida  traduciendo.
 Cuando me licencié busqué un trabajo que estuviese relacionado con mi carrera y acabé en una mezquita. En aquella época, estaba muy segura de mis conocimientos, podía analizar subordinadas y contar las sílabas de los poemas árabes andalusíes,  pero cuando en la entrevista de trabajo, el Director del Centro  me dijo: “ Buenos días ¿cómo estás? ” no lo entendí, ni fui capaz de responder.
Esto es  solo una anécdota. Además, conseguí el puesto añorado de profesora de español , pero tal vez ese pequeño trauma me hizo replantearme la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas.

Comentarios:


En los comentarios de mis compañeros he observado que muchos están de acuerdo en la importancia del uso comunicativo. No he observado discrepancias pero sus aportaciones han sido enriquecedoras. 
Han hecho referencia a los siguientes puntos: 
El enfoque comunicativo es crucial a la hora de enseñar una segunda lengua. Las clases motivacionales y las actividades dinámicas son la clave para un buen funcionamiento del aula. 
Es importante una formación desde la niñez, aludiendo a un mundo globalizado y sin fronteras. Lo fundamental en el enfoque comunicativo a la hora de planificar las clases con actividades dinámicas que no estén solo basadas en la corrección de las actividades, en el que se fomente la participación. 
Y para finalizar me quedo con la experiencia de un compañero que en el foro expresaba lo siguiente:“El esquema que muestras me ha recordado a mi experiencia con el inglés. Esto es así porque desde pequeño me han bombardeado con contenidos gramaticales, para usar de forma correcta la lengua pero nunca me enseñaron como ponerla en práctica. No fue hasta que me fui fuera cuando aprendí de verdad a usar la segunda lengua.” “Aprender una lengua no solo es memorizar conceptos y palabras, sino saber utilizarlos en situaciones cotidianas”. 

            
                                                 Mi punto de partida

                     Reflexiones


   1. Sobre las representaciones y creencias iniciales

  2.  Sobre las necesidades de formación

  3.  Sobre las expectativas de formación







 1. Sobre las representaciones y creencias iniciales



Mi nombre es  Marta Muley, nací en Madrid y vivo en Madrid. Estudié Filología Semítica, y me especialicé en Árabe e Islam, en la Universidad Complutense de Madrid . He hecho cursos de Lengua Árabe en muchos países;  Egipto, Marruecos, Siria, Túnez...
Trabajo en el Instituto Saudí de Madrid hace casi 20 años impartiendo clases de Lengua , Cultura Española y ELE. Es un Centro Extranjero y mis alumnos proceden de más de 15 países me encanta mi trabajo porque estoy en contacto diario con múltiples culturas, es como viajar cada mañana a otro mundo, y cada día aprendo algo nuevo.

Mi alumnado siempre  ha sido adolescente y como consecuencia  de ello,  mi prioridad cuando comencé se centró  en realizar cursos de formación enfocados a diversas realidades en el aula; educación intercultural, prevención de la violencia, educación para la tolerancia etc. Cuando terminé con este tipo de cursos, me dirigí  más hacia  la formación  en  ELE.

Me gustó volver a las aulas de mi antigua Universidad y aprender cosas nuevas, obtuve  un montón de nuevos recursos y me sentía renovada. Los cursos en la Universidad siempre dejan una huella especial, los profesores siempre desprenden  ese halo de sabiduría y los días que pasas junto a ellos  hacen que te sientas  inmerso en ella. Tras terminar, pensé que ya estaba formada y preparada para enfrentarme a cualquier situación, pero pronto descubrí que la carrera de obstáculos solo había comenzado.

 La teoría aprendida es algo que se debe saber llevar a la práctica, buscando los mejores  resultados. Descubrir cómo hacerlo es siempre  el  fruto de la experiencia personal. No hay claves para resolver el enigma, cada profesor debe descubrir la llave que le proporcione el  acceso a descifrar las claves pero el problema, es que una vez halladas y cuando se cree  haberlo conseguido, llega la gran sorpresa: las claves van cambiando continuamente.
El profesor de Ele debe poner interés  en promover la participación en las  clases,  animar  a que los alumnos proyecten sus ideas y las reflexionen, tanto en  equipo como individualmente. Debe tener cautela y hacer un estudio valorativo del perfil de cada alumno, para adaptar  la enseñanza  a cada individuo. No siempre el mismo sistema y la misma técnica da los mismos resultados. Por ejemplo,  un alumno tímido tarda más en atreverse a hablar y expresarse  que un alumno extravertido por  lo que considero importante transmitir confianza y tener en cuenta  el trinomio; perfil, acción, reacción. Es primordial  que  aprendan a descubrir  por sí mismos y que razonen la exposición hecha por el profesor, la labor de todo docente es conseguir que el alumno entienda los conceptos que se le han transmitido  de una manera activa,  y buscar los claves adecuadas para que funcione su método.
Los profesores deben promover que los alumnos pierdan el miedo al ridículo y crear un ambiente dinámico e interactivo. Es conveniente a la vez, que el alumno esté dispuesto a colaborar  y saber interpretar lo que el profesor le transmite, en definitiva, debe existir una interacción por ambas partes. Los estudiantes de lenguas  deben seguir una disciplina y ser consciente de que las lenguas se aprenden con paciencia y esfuerzo, y es de crucial importancia que lo haga con una actitud positiva y sin temores, empezando por conceptos básicos para después encadenar conceptos más amplios y con una mayor dificultad.
En resumen, el docente entre otras habilidades debe facilitar y mediar el aprendizaje, tener capacidad didáctica ,motivar al grupo y ser capaz de determinar los intereses de los alumnos.


                 2. Sobre las necesidades de formación

En mi práctica docente, la filosofía que empleo en mi colegio se basa en la práctica de enseñar aprendiendo. Es necesario aprender para crear y construir conocimiento. Descubrí la importancia de saber retroalimentar como una forma de estimulación  para aumentar la motivación. A lo largo de estos años he probado todas las técnicas que se me iban ocurriendo. Al principio de mi carrera la realidad fue muy frustrante, preparaba mis clases, seleccionaba los materiales y en mi pensamiento podía visualizar que todo  resultaría  perfecto y que  nada podía fallar. La realidad al llegar al aula era otra bien distinta. Durante los dos primeros años, no podía entender qué era lo que sucedía, dónde estaba el fallo para que las cosas no salieran del modo en el que las había planeado. Excepto con algunos estudiantes, que tampoco me consolaban porque eran buenos en todas las asignaturas , podía percibir la falta de interés, en la mayoría.
 Tras un proceso largo de reflexión y apoyándome siempre en mis propias  experiencias decidí  “perder un poco de tiempo”. Dejé de ajustarme a las rigurosas planificaciones académicas, y olvidar los plazos establecidos para cada unidad. Busqué nuevas estrategias; la primera de ellas fue observar y analizar a mis alumnos, tengo la inmensa suerte de que las clases no son muy numerosas, y busqué en ellos motivaciones comunes. Observé algo curioso y relevante, mi estado de ánimo dentro del aula les influía notablemente, si estaba alegre y motivada, ellos también lo estaban. Teniendo en cuenta que a  esas edades pocas cosas académicas les interesan, opté por olvidar los ejercicios en fotocopias que hacían mecánicamente o copiándose unos de otros y  que explicaban  las diferencias entre ser y estar, y llevé mis conocimientos a su terreno de juego. Me encontré comentando partidos de fútbol y enseñando los nombres de las prendas de vestir , mientras comentábamos las rebajas de Zara, el resultado fue prometedor pero breve. 
Pronto descubrí que  tampoco mis problemas terminaron ahí. La realidad en las aulas cambiaba a un ritmo de vértigo y las tizas y aquellas pizarras verdes se jubilaban para dar paso a las nuevas tecnologías. Me enfrenté a  mi segundo gran reto. Si quería  llegar a ellos, debía ser como ellos, así que dejé por un tiempo  mis cursos de formación de cualquier otra disciplina que no fuese  aplicación de tecnologías en la enseñanza y redes sociales.
Comprobé que a ellos les divertía una profesora de cierta edad estuviera integrada en su mundo, y que si les “colgaba” un trabajo en su grupo de Facebook le prestaban más atención que si repartía las fotocopias  de siempre  que más tarde encontraba tiradas por el aula.
Todas las experiencias de mi práctica docente han sido muy positivas , algunas amargas y otras con  gratos momentos inolvidables, pero si he  llegado a una conclusión  es que nunca puedes dejar de aprender, de ahí mi interés por este máster.
Durante estos 18 meses mi objetivo es aprender de mis profesores y compañeros. Hacerme con todo tipo de herramientas didácticas, prácticas y cognoscitivas   y conocer todos los recursos que pongan a mi alcance para , compartir  métodos y experiencias. 


             3.Sobre las expectativas de formación

En este momento mis metas profesionales están cumplidas por el momento.Trabajo en un lugar apasionante y la experiencia produce una tranquilidad que solo se consigue con el tiempo, pero llevo muchos años enseñando a grupos de A1 y A2,  y soy consciente de que ello conduce a una simplificación de conocimientos. Lo compenso con un Español B del Bachillerato Internacional, así pues, espero que este máster me sirva para ampliar los conocimientos adquiridos anteriormente tanto en mi etapa académica como en mi etapa profesional. 
Espero adquirir conocimientos formativos  para dominar la enseñanza y el aprendizaje de ELE. Conocer y aplicar nuevas propuestas docentes en el ámbito del español, aprender a diseñar y realizar actividades motivadoras que se adapten a las necesidades de mis alumnos y aplicar en clase todas las herramientas que me brinde este máster.

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